El papel de los programas de refuerzo en la terapia ABA
El análisis conductual aplicado, o terapia ABA, funciona bien para ayudar a los niños con trastorno del espectro autista (TEA) a superar los retos a los que se enfrentan en relación con la comunicación, las interacciones sociales y los problemas de conducta, porque se basa en pruebas procedentes de la investigación científica.
Gracias a los conocimientos adquiridos a través de esta investigación, los terapeutas ABA ayudan a elaborar planes de tratamiento para los niños autistas que se adaptan específicamente a sus puntos fuertes y a los retos a los que se enfrentan.
Se trata de un plan de tratamiento muy flexible, personalizable y adaptable, a través del cual los terapeutas estarán constantemente recopilando datos y analizándolos para ayudar mejor a sus pacientes a alcanzar sus objetivos.
Los terapeutas ABA utilizan muchas estrategias para ayudar a sus pacientes, y la mayoría se basan en el refuerzo positivo. Las investigaciones han demostrado que, por ejemplo, cuando los niños autistas reciben un refuerzo positivo por cumplir una petición o mostrar un comportamiento positivo, es más probable que repitan esas peticiones y/o comportamientos en el futuro.
A tal fin, la terapia ABA suele utilizar un programa de refuerzo para garantizar que los niños aprenden y crecen adecuadamente. Estos calendarios ayudan a determinar cuándo se entregan las recompensas y con qué frecuencia.
A continuación, analizaremos el papel de los programas de refuerzo en la terapia ABA.
Índice
¿Qué es un programa de refuerzo?
Un programa de refuerzo es un protocolo estándar que los terapeutas ABA, padres, cuidadores, profesores y otras personas pueden seguir cuando administran refuerzos a niños con autismo. Una de estas normas podría decir que hay que dar un refuerzo cada vez que el niño responda correctamente a una petición o por cada dos respuestas correctas que dé.
Mediante la elaboración de un programa de refuerzo, los terapeutas ABA pueden ayudar a motivar a los niños con autismo para que respondan como ellos quieren, o para que cumplan peticiones como lavarse los dientes, vestirse y comer un bocadillo.
Existen dos tipos de programas de refuerzo: continuo e intermitente.
El refuerzo continuo suele ser bueno para enseñar nuevas habilidades, pero a menudo resulta poco práctico a largo plazo. Esto se debe a que consiste en recompensar al niño cada vez que lo consigue.
Con el tiempo, esto se sustituye por un programa de refuerzo intermitente, que no ocurre con tanta frecuencia. En última instancia, dará lugar a comportamientos más fuertes y persistentes.
¿Cómo se clasifican los programas de refuerzo intermitente?
Dado que no todas las peticiones son iguales, los calendarios de refuerzo intermitente deben ser lo bastante flexibles para cambiar en función de las necesidades. En este sentido, el refuerzo intermitente puede dividirse en ratios variables o ratios fijos.
Una proporción fija es un poco más fácil de entender porque hay un número predeterminado de cosas que tienen que suceder antes de que se dé una recompensa. Puede considerarse como subir escalones.
Cada peldaño que sube el niño -en este caso, cada respuesta acertada que emite- le acerca a la parte superior de la escalera, que es donde se encuentra la recompensa. Dependiendo del niño y del caso, puede que tenga que subir tres "escalones" para obtener su recompensa.
El enfoque de proporción fija suele dar lugar a índices de respuesta constantes y elevados, ya que los niños anticipan la obtención de la recompensa a medida que suben más "escalones". También es más probable que los niños quieran volver a responder, ya que desean conseguir la siguiente recompensa.
Este enfoque ayuda a establecer comportamientos sencillos que los niños deben mostrar con frecuencia, como órdenes básicas o lavarse las manos.
En cambio, en una proporción variable no se requiere un número fijo de respuestas antes de dar la recompensa. En su lugar, el número de respuestas varía aleatoriamente antes de que se dé la recompensa.
Naturalmente, el enfoque de proporción variable no provoca el mismo patrón de respuesta predecible que el enfoque de proporción fija, ya que los pacientes no son capaces de predecir con tanta exactitud cuándo llegará la recompensa.
Aunque esto pueda no parecer algo positivo, la proporción variable fomenta en realidad una mayor flexibilidad y sostenibilidad a largo plazo. Como el patrón de recompensas cambia constantemente, los niños no dependen de recibir recompensas inmediatas, lo que fomenta cambios de comportamiento a más largo plazo.
Lo ideal es utilizar el enfoque de la proporción fija para conductas más complejas, como gestionar las emociones o hacer los deberes. Esto se debe a que anima al niño a adaptarse y a comprometerse de forma independiente.
Blue Gems ABA enseña nuevas habilidades a niños con autismo
La terapia ABA utiliza muchas estrategias y enfoques diferentes para enseñar nuevas habilidades a los niños autistas. Uno de estos enfoques es el uso de programas de refuerzo, que pueden modificarse para ayudar a los niños no sólo a aprender nuevas habilidades, sino también a exhibirlas con éxito a lo largo del tiempo.
En Blue Gems ABANuestro equipo de experimentados BCBA utiliza programas de refuerzo y otras estrategias para adaptar los planes de tratamiento de la terapia ABA a cada niño. Al hacerlo, son capaces de obtener mejores resultados y ayudar a sus pacientes a alcanzar metas con más éxito.
Para más información Contacto hoy.