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Fatiga autista: Reconocer y gestionar el agotamiento energético

Es posible que a veces sientas que te has dado contra la pared, que te sientes cansado y agotado a pesar de haber tenido un día normal. Este tipo de fatiga es normal que la gente la experimente de vez en cuando.

Para las personas con trastorno del espectro autista (TEA), la fatiga puede ser mucho más frecuente. Algunos pueden incluso experimentar fatiga a diario, lo que puede ser agotador tanto física como mentalmente.

No sólo eso, sino que la fatiga diaria puede interponerse en la vida cotidiana, afectando al trabajo, las interacciones sociales, la escuela y el bienestar general.

En este artículo, examinaremos la fatiga autista y cómo reconocer y gestionar el agotamiento energético.

Principales conclusiones

  • La fatiga autista es más frecuente y grave que la fatiga típica.
  • Se deriva de la sobrecarga sensorial, el estrés comunicativo, las afecciones concurrentes y la tensión cognitiva.
  • Los síntomas pueden ser físicos, emocionales, cognitivos o conductuales, como dolores de cabeza, irritabilidad, niebla cerebral o retraimiento.
  • Una gestión eficaz incluye una buena higiene del sueño, una dieta equilibrada, actividad física y pausas sensoriales.
  • La terapia ABA puede ayudar a controlar la fatiga mediante estrategias de afrontamiento conductuales y sensoriales.

Índice

¿Qué es la fatiga autista?

La fatiga autista difiere de la fatiga típica en dos aspectos: Ocurre con más frecuencia y suele ser más grave.

Las personas con TEA pueden experimentar fatiga a diario. Es omnipresente y persistente, lo que puede afectar a múltiples aspectos de la vida.

La fatiga no es uno de los síntomas principales del autismo y no forma parte de los criterios de diagnóstico del TEA. Dicho esto, muchos individuos con autismo tienen fatiga de esta manera, tanto que es ampliamente reconocida como una experiencia común.

Por qué se produce la fatiga autista Cómo afecta a las personas
Mayor procesamiento sensorial Provoca sobrecarga sensorial y agotamiento mental
Estrés, ansiedad y depresión derivados de las dificultades sociales y de comunicación. Causa tensión emocional persistente y baja energía
Afecciones comórbidas (por ejemplo, problemas de sueño, problemas gastrointestinales, epilepsia). Altera el descanso y la recuperación, contribuyendo a la fatiga crónica
Sobrecarga cognitiva por procesar la información de forma diferente Produce niebla cerebral, falta de memoria y lentitud de pensamiento.

¿Por qué es frecuente la fatiga autista?

Hay varios factores que contribuyen a que los autistas experimenten este tipo de fatiga.

Las personas con autismo procesan los estímulos sensoriales de forma diferente a sus compañeros neurotípicos. Esto significa que pueden experimentar las imágenes, los sonidos, las texturas y los olores que les rodean de una forma mucho más intensa.

El bombardeo constante de estímulos sensoriales puede provocarles una sobrecarga sensorial, algo que resulta bastante agotador para su cerebro.

También es frecuente que las personas con autismo sufran estrés, ansiedad y depresión como consecuencia de los síntomas del TEA. Intentar comunicarse de forma eficaz, desenvolverse en situaciones sociales y experimentar una sobrecarga sensorial pueden ser las causas, y los estudios han demostrado que esto puede provocar fatiga.

Muchos autistas padecen también afecciones comórbidas, como epilepsia, problemas gastrointestinales y dificultades para dormir. Todo ello puede contribuir a la fatiga e impedir que sus cuerpos y cerebros descansen lo necesario.

¿Cuáles son algunos signos de fatiga autista?

Reconocer algunos de los signos comunes de la fatiga autista es esencial para proporcionar a las personas con TEA el apoyo adecuado. Debido a que suelen tener dificultades para comunicarse, es posible que no sean capaces de decir a los demás cómo se sienten o que necesitan ayuda cuando experimentan fatiga.

Algunos de los síntomas físicos de la fatiga autista son dolores musculares, aumento de la sensibilidad al dolor, bajos niveles de energía y dolores de cabeza.

También hay síntomas emocionales, como un aumento de la frustración y la irritabilidad, mal humor, mayor ansiedad y rabietas más frecuentes. La fatiga autista también puede manifestarse a través de síntomas cognitivos, como dificultad para centrarse y concentrarse, niebla cerebral, olvidos y procesamiento más lento de la información.

También puede identificar la fatiga autista a través de los síntomas conductuales, como el aumento de las conductas autoestimulatorias, el retraimiento de las actividades aunque se trate de un interés preferente y la dificultad para completar tareas.

¿Cuáles son algunas formas de controlar la fatiga autista?

Muchas de las formas más eficaces de controlar la fatiga autista son también estrategias beneficiosas para las personas neurotípicas.

Esto incluye establecer una rutina nocturna fija que garantice un sueño nocturno adecuado. Las personas con autismo pueden necesitar una habitación libre de distracciones e incluso, en algunos casos, somníferos.

Una dieta equilibrada y sana no sólo nutre el cuerpo, sino que proporciona al cerebro la energía que necesita para combatir la fatiga. Lo mejor son los alimentos integrales, como frutas, proteínas magras, cereales integrales y verduras.

Esto puede suponer un reto para algunas personas con autismo, que pueden tener aversión a determinados olores, sabores o texturas. Aun así, lo mejor es evitar los alimentos procesados y el exceso de azúcar, que pueden reducir los niveles de energía y el sueño.

Practicar una actividad física todos los días también puede evitar la fatiga autista. Incluso actividades como bailar en casa o dar una vuelta a la manzana pueden mejorar los niveles de energía.

También puede resultar útil tomarse un descanso de la estimulación sensorial a lo largo del día. Poder retirarse a un entorno tranquilo y calmado puede ayudar a los autistas a "centrarse" y evitar la sobrecarga sensorial.

Las herramientas sensoriales, como las mantas con peso, los auriculares con cancelación de ruido y los juguetes inquietantes, también pueden ser útiles cuando no es posible escaparse a una habitación sensorial.

Blue Gems ABA apoya a las personas autistas en todos los sentidos

Las personas con autismo pueden experimentar fatiga con mucha más frecuencia y gravedad que sus compañeros neurotípicos, lo que les causa importantes trastornos a lo largo del día. Siguiendo algunos de los consejos anteriores, podrá reconocer y gestionar más eficazmente la fatiga autista.

En Blue Gems ABANuestro equipo de terapeutas experimentados puede ayudar a los niños con autismo a reconocer y controlar la fatiga autista mediante el análisis conductual aplicado (terapia ABA). Estas estrategias pueden ayudarles a mejorar la comunicación y las habilidades sociales, modificar comportamientos y manejar sensibilidades sensoriales - todo lo cual puede ayudar a reducir la fatiga autista.

Para más información Contacto hoy.

Preguntas frecuentes

  • P: ¿Es la fatiga un síntoma de autismo?
    R: No, no es un síntoma diagnóstico básico, pero muchos autistas experimentan fatiga crónica.
  • P: ¿Cuáles son algunos signos de fatiga autista?
    R: Los signos incluyen baja energía, dolores de cabeza, irritabilidad, niebla cerebral y evitación de las actividades preferidas.
  • P: ¿En qué se diferencia el cansancio autista del cansancio normal?
    R: Suele ser más persistente, intensa y estar relacionada con la sobrecarga sensorial y emocional.
  • P: ¿Puede la dieta afectar a la fatiga autista?
    R: Sí. Los alimentos integrales pueden aumentar la energía, mientras que los alimentos procesados y el azúcar pueden empeorar la fatiga y los problemas de sueño.
  • P: ¿Cómo ayuda la terapia ABA con la fatiga?
    R: Ayuda a las personas a controlar el estrés, mejorar la comunicación y adoptar rutinas que reduzcan el desgaste energético.