Cómo afecta el autismo a la vida cotidiana
Gracias a los avances en la investigación y a la expansión de las campañas de sensibilización y de las organizaciones dedicadas a este trastorno del neurodesarrollo, hoy se sabe mucho más sobre el autismo que antes. La sociedad es mucho más consciente de lo que es el trastorno del espectro autista (TEA) y acepta mucho mejor a las personas que lo padecen.
Al mismo tiempo, todavía hay muchas cosas sobre el autismo que no se entienden bien. Aunque la gente entienda los signos y síntomas comunes del autismo -y cómo se trata este trastorno del desarrollo mediante tratamientos punteros como el análisis conductual aplicado, o terapia ABA-, puede que no entienda cómo se presentan estos retos en la vida cotidiana.
El impacto del autismo en un individuo puede variar mucho de una persona a otra. En algunas, los retos pueden ser mínimos, mientras que en otras pueden ser más extremos.
A continuación exponemos algunas de las formas típicas en que el autismo afecta a la vida cotidiana.
Índice
Comunicación
La mayoría de las personas con espectro autista tienen dificultades con la comunicación típica. De hecho, es una de las características distintivas del autismo.
Una de las razones es que la comunicación es compleja. Requiere que las personas utilicen claves no verbales y verbales, y que no sólo hablen, sino que escuchen y comprendan.
Los autistas pueden no ser capaces de procesar lo que dicen otras personas con la misma facilidad que los demás y no entender las señales sociales tradicionales. Esto puede llevarles a tener problemas para encajar con sus compañeros, desarrollar relaciones personales y tener éxito en la escuela y el trabajo.
Los fallos en la comunicación pueden llevar a las personas con espectro autista a la frustración, lo que puede hacer que se sientan aún más aisladas.
Interacción social
Los problemas de comunicación pueden hacer que las personas con autismo se enfrenten también a problemas de interacción social. Dado que gran parte de las interacciones sociales giran en torno a una comunicación clara, no es de extrañar que la dificultad con una de ellas lleve a menudo a la dificultad con la otra.
Pero no sólo hay problemas con las palabras. El autismo puede dificultar la comprensión de las señales no verbales, como el tono de voz o las expresiones faciales.
Como ya se ha mencionado, los problemas de interacción social pueden hacer que los niños autistas se sientan más aislados, lo que puede provocar ansiedad y depresión.
Procesamiento sensorial
Muchas personas con autismo también tienen problemas de procesamiento sensorial. Pueden ser demasiado sensibles a determinados estímulos sensoriales, como ruidos fuertes, olores intensos o luces brillantes.
En la vida cotidiana, esto puede plantear una serie de problemas. Una persona con autismo, por ejemplo, puede tener dificultades para ponerse determinada ropa por la sensación que produce el material en su piel. También puede tener problemas para soportar ruidos fuertes en la vida cotidiana, como el de una aspiradora en marcha.
Estas sensibilidades pueden hacer que sea muy difícil desenvolverse en determinadas situaciones de la vida, ya que es difícil evitar por completo todos los estímulos que pueden afectarles. Esto puede causar mucho estrés y hacer que las personas con autismo se sientan a veces muy abrumadas.
Rutinas
Las personas con autismo suelen prosperar cuando tienen una rutina fija cada día. Esto se debe a que, cuando son capaces de predecir lo que va a ocurrir, pueden prepararse más fácilmente, lo que les ayuda a sentirse más cómodos y menos estresados, ansiosos y deprimidos.
Sin embargo, incluso pequeños cambios en estas rutinas pueden alterar significativamente a algunas personas autistas. Desayunar algo diferente, por ejemplo, puede hacer que una persona con autismo se angustie mucho.
Esto puede resultar muy difícil no sólo para la propia persona con autismo, sino también para sus padres, cuidadores, profesores y otras personas de su vida cotidiana. Esto es especialmente cierto porque puede ser difícil garantizar que todo proceda exactamente de la misma manera, a la misma hora, todos los días.
Regular las emociones
En este sentido, las personas con autismo suelen tener dificultades para regular sus emociones. Cuando se sienten angustiados, por ejemplo, pueden arremeter o tener una rabieta que no parece ajustarse a la situación ni a su edad.
Pero no se trata sólo de esta posible explosión de emociones. Las personas con autismo pueden tener dificultades para procesar sus emociones y expresar lo que sienten, lo que puede agravar aún más la situación. Es posible que no sepan cuál es la forma "adecuada" de responder a ciertas cosas, lo que puede hacer que sean marginados por sus compañeros.
En respuesta, los individuos con autismo pueden mostrar conductas estimulantes con más frecuencia cuando se sienten angustiados, como morderse las uñas cuando están nerviosos. Estos comportamientos pueden ser inofensivos en sí mismos, pero algunos también pueden ser perjudiciales y dañinos.
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