TDAH vs Autismo
Trastorno del espectro autista (ASD) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son dos trastornos del desarrollo muy conocidos que a menudo se confunden entre sí. No es de extrañar, ya que muchos de los signos y síntomas pueden parecerse mucho.
Tanto los niños con TDAH como los autistas pueden tener problemas para concentrarse y comunicarse, mostrar comportamientos impulsivos y tener dificultades para relacionarse con los demás y realizar sus tareas escolares.
Aunque hay muchas similitudes entre ambas, también hay muchas diferencias clave que las diferencian.
A continuación, hablaremos de estas diferencias, que son cruciales para diagnosticar, y tratar, a los niños con cualquiera de los dos trastornos del desarrollo.
Índice
¿Qué es el autismo?
En la actualidad, la comunidad médica y profesional se refiere al autismo como trastorno del espectro autista o TEA. En 2013, se creó el término TEA para describir cinco trastornos del desarrollo diferentes, aunque relacionados, bajo un mismo paraguas.
Por eso el TEA es esencialmente una serie de trastornos del desarrollo, más que uno específico. Como tal, el TEA puede ser muy complejo, y los signos y síntomas varían mucho de un individuo a otro.
En general, los niños que padecen TEA suelen experimentar dificultades de aprendizaje y socialización, ya que su capacidad para procesar la información y su capacidad para reaccionar "adecuadamente" ante determinados estímulos pueden verse afectadas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. informan de que 2,8% de los niños de 8 años han sido diagnosticados de TEAuna cifra que aumenta cada año.
¿Qué es el TDAH?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, más comúnmente conocido como TDAH, es un trastorno del desarrollo igualmente complejo que puede tener un aspecto muy diferente en distintos individuos.
Combina múltiples retos a los que se enfrentan los niños que la padecen, como la capacidad de concentración, el exceso de movimiento de una forma que no encaja en el entorno y mostrar comportamientos impulsivos.
Estos síntomas pueden llevar a menudo a que los niños tengan dificultades para comunicarse con los demás, rendir bien en la escuela y "encajar". Estos retos, por supuesto, son similares a los que afrontan los niños con autismo, que es una de las principales razones por las que a veces se confunden ambos trastornos.
Se calcula que alrededor de 8,4% de todos los niños de EE.UU. tienen TDAHlo que lo convierte en uno de los trastornos del desarrollo más comúnmente diagnosticados entre los niños.
Diferencias entre TDAH y autismo
La clave para diagnosticar con éxito el TDAH y el autismo es identificar correctamente los signos y síntomas de ese trastorno concreto, y no confundirlos con el otro.
Las personas que trabajan en el ámbito médico y profesional diagnosticando y tratando a niños con TDAH y autismo están específicamente formadas para identificar estos signos. Sin embargo, los padres pueden tener dificultades para hacerlo.
He aquí algunas de las cosas que hay que tener en cuenta para diferenciar el TDAH del autismo, y viceversa.
Atención
La atención es una forma clave de identificar el TDAH frente al autismo. No se trata de si su hijo tiene problemas para concentrarse o no; se trata de cómo tiene problemas para concentrarse, o mejor dicho, en qué tiene problemas para concentrarse.
Los niños autistas no suelen concentrarse bien en las cosas que no les gustan, mientras que pueden fijarse en las que sí les gustan. Los niños con TDAH, por el contrario, suelen evitar cualquier cosa que les obligue a concentrarse.
Si a un niño autista le gusta leer, por ejemplo, puede fijarse demasiado en los libros. Por su parte, los niños con TDAH pueden evitar los libros porque la lectura les obliga a concentrarse.
Comunicación
La comunicación es otro posible factor diferenciador clave entre el TDAH y el autismo.
Los niños autistas suelen mostrar un menor nivel de conciencia social de las personas que les rodean. También suelen tener dificultades para describir con palabras lo que sienten o piensan. También es posible que no establezcan contacto visual con frecuencia.
Los niños que padecen TDAH pueden hablar y hablar sin parar. Es más probable que interrumpan a otras personas cuando están hablando, o que intenten apoderarse de las conversaciones.
Sin embargo, la cantidad de palabras que habla un niño no es el único indicador; también lo es el tema. Esto se debe a que los niños autistas pueden hablar mucho sobre temas que les interesan y guardar silencio sobre temas que no les interesan.
Rutinas
Los niños autistas suelen ser muy diferentes de los niños con TDAH en lo que se refiere a las rutinas.
Los niños autistas suelen desear una rutina estricta. Esto puede incluir hacer las mismas cosas a la misma hora, comer los mismos alimentos, llevar ropa del mismo color y mucho más. Incluso pequeños cambios en su rutina pueden provocar ansiedad en los niños autistas.
Este no suele ser el caso de los niños con TDAH. A estos niños no les gusta la repetición ni el orden, aunque les beneficie. Puede que les disguste hacer cualquier cosa de forma repetitiva o durante un largo periodo de tiempo.
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Con tantas similitudes entre el TDAH y el autismo, puede ser difícil para los padres determinar qué trastorno del desarrollo puede tener su hijo. Por suerte, hay profesionales con experiencia en identificar las diferencias, a veces mínimas, entre ambos trastornos, para que su hijo reciba un diagnóstico preciso.
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