ABA y empatía
A pesar de los muchos avances que se han hecho en la investigación en los últimos años, todavía existen muchos estigmas en torno al trastorno del espectro autista (TEA) y cómo afecta a las personas que lo padecen. Uno de esos estigmas es que las personas con autismo no tienen empatía.
Si bien es cierto que las personas con autismo pueden no mostrar empatía o rasgos empáticos como las personas neurotípicas, no es porque no sientan compasión por otras personas. En muchos casos, esto se debe a que las personas con TEA no son capaces de identificar e interpretar con precisión las señales sociales que indican a los demás que alguien necesita compasión.
La pregunta, entonces, es si se puede enseñar empatía y compasión a las personas con autismo. En este artículo, vamos a discutir los desafíos que enfrentan los individuos con TEA con la empatía y cómo el análisis conductual aplicado (terapia ABA) puede ayudar.
Índice
¿Por qué las personas con autismo tienen problemas de empatía?
Cada persona con autismo es única. Sin embargo, dos de los retos más comunes a los que se enfrentan las personas con autismo son los déficits en la interacción social y la comunicación.
No se trata sólo de que puedan tener problemas para alcanzar los hitos del desarrollo de las capacidades lingüísticas y sentirse ansiosos en situaciones sociales, sino también de que tengan dificultades para comprender las señales no verbales.
Estas señales, como el lenguaje corporal, el tono de voz y la expresiones faciales - desempeñan un papel clave en la comunicación. Las personas autistas, por ejemplo, suelen tener problemas para captar el sarcasmo, ya que interpretan las palabras de forma literal.
Esto puede hacer que se sientan condenados al ostracismo en situaciones sociales y más ansiosos de participar en futuros escenarios similares.
Al mismo tiempo, esta incapacidad para interpretar con precisión las señales no verbales les dificulta mostrar empatía.
Muchas veces, cuando una persona necesita un hombro en el que apoyarse o alguien que le ofrezca ayuda, por ejemplo, puede que no lo exprese verbalmente. En su lugar, la gente tiene que fijarse en su lenguaje corporal (hombros caídos), expresiones faciales (ojos que miran hacia abajo) y tono de voz (bajo) para entender que están luchando con algo, incluso si están comunicando verbalmente que todo está bien.
Cuando una persona con autismo es incapaz de captar estas señales no verbales, puede parecer que no tiene compasión, pero eso no es exactamente cierto. De hecho, las personas con TEA suelen ser muy compasivas, pero sólo necesitan ayuda para desarrollar habilidades complementarias que les ayuden a mostrar compasión.
¿Cómo puede enseñar compasión la terapia ABA?
La terapia ABA ha demostrado ser extremadamente eficaz para ayudar a los niños con autismo a desarrollar las habilidades sociales y comunicativas que necesitan para tener éxito en diversos aspectos de su vida. Una gran parte de esto es ayudar a los niños con TEA a identificar e interpretar mejor las señales no verbales que hemos comentado anteriormente.
De este modo, la terapia ABA ayuda a los niños autistas a mostrar su compasión hacia los demás.
Muchas de las estrategias que los terapeutas utilizan para enseñar otras habilidades también sirven para enseñar los matices de la compasión.
Con un plan de tratamiento establecido, los terapeutas pueden ayudar a centrarse en determinadas habilidades utilizando muchas estrategias diferentes. Una de las más comunes es dividir las tareas complejas en pasos más pequeños que sean más manejables para los niños con autismo.
Abordar la comprensión de las señales no verbales de este modo facilita mucho el aprendizaje de los niños autistas y permite a los terapeutas recopilar datos objetivos que pueden analizar posteriormente para evaluar los progresos del niño hacia sus objetivos de tratamiento.
A medida que los terapeutas van aplicando diversas estrategias para mejorar las habilidades de identificación del niño, utilizarán el refuerzo positivo para recompensarles por los intentos acertados y mantenerles motivados para seguir aprendiendo más. Puede consistir en elogios adicionales o tiempo con un juguete que les encante.
Una vez que el niño ha dominado las habilidades en un entorno terapéutico, el terapeuta trabajará en la generalización de esas habilidades para que el niño pueda ser capaz de mostrar compasión con éxito y de forma consistente en escenarios del mundo real.
Esto puede hacerse mediante juegos de rol y/o exponiendo al niño a situaciones reales, lo que le ayuda a aplicar las habilidades aprendidas en un entorno estructurado a otro no estructurado.
Al utilizar un enfoque compasivo con sus pacientes, los terapeutas también pueden servir de ejemplo de cómo mostrar ellos mismos empatía y compasión. También ayuda a crear un entorno basado en la confianza y en el que el niño se sienta seguro para expresar lo que siente y explorar sus emociones.
Blue Gems ABA enseña compasión a los niños con TEA
Un error muy común es creer que las personas con autismo no son empáticas. No es que las personas con TEA no tengan compasión, sino que a menudo carecen de algunas de las habilidades sociales necesarias para comprender que los demás necesitan compasión.
En Blue Gems ABA, nuestro equipo de terapeutas experimentados trabaja con niños con TEA para ayudarles a desarrollar las habilidades necesarias para ser compasivos, como la capacidad de identificar e interpretar eficazmente las señales no verbales.
Creamos todos nuestros planes de tratamiento de terapia ABA sobre una base personalizada, de modo que las fortalezas únicas de cada niño, los desafíos y las preferencias se abordan y se integran. Este enfoque se traduce en un tratamiento más eficaz, lo que conduce a mejores resultados.
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